¿Qué es la Maleabilidad en el Metal?

La maleabilidad es una propiedad física de los metales que define su capacidad para ser martillados, prensados o enrollados en láminas delgadas sin romperse. En otras palabras, es la propiedad de un metal deformarse bajo compresión y tomar una nueva forma.

La maleabilidad de un metal se puede medir por la cantidad de presión (esfuerzo de compresión) que puede soportar sin romperse. Las diferencias en la maleabilidad entre los diferentes metales se deben a variaciones en sus estructuras cristalinas.

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Índice temático
  1. Metales Maleables
  2. Maleabilidad y Dureza
  3. Maleabilidad vs. Ductilidad
  4. Control De Granos De Cristal A Través De La Temperatura

Metales Maleables

A nivel molecular, el esfuerzo de compresión obliga a los átomos de metales maleables a rodar unos sobre otros en nuevas posiciones sin romper su enlace metálico. Cuando se aplica una gran cantidad de tensión a un metal maleable, los átomos se enrollan unos sobre otros y permanecen permanentemente en su nueva posición.

Ejemplos de metales maleables son:

Los productos hechos de estos metales también pueden demostrar maleabilidad, incluida la hoja de oro, la hoja de litio y la inyección de indio.

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Maleabilidad y Dureza

La estructura cristalina de los metales más duros, como el antimonio y el bismuto, hace que sea más difícil presionar los átomos en nuevas posiciones sin romperse. Esto se debe a que las filas de átomos en el metal no se alinean.

En otras palabras, existen más límites de grano, que son áreas donde los átomos no están tan fuertemente conectados. Los metales tienden a fracturarse en estos límites de grano. Por lo tanto, cuantos más límites de grano tenga un metal, más duro, más frágil y menos maleable será.

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Maleabilidad vs. Ductilidad

Mientras que la maleabilidad es la propiedad de un metal que le permite deformarse bajo compresión, la ductilidad es la propiedad de un metal que le permite estirarse sin daños.

El cobre es un ejemplo de un metal que tiene buena ductilidad (se puede estirar en alambres) y buena maleabilidad (también se puede enrollar en láminas).

Aunque la mayoría de los metales maleables también son dúctiles, las dos propiedades pueden ser exclusivas. El plomo y el estaño, por ejemplo, son maleables y dúctiles cuando están fríos, pero se vuelven cada vez más frágiles cuando las temperaturas comienzan a subir hacia sus puntos de fusión.

La mayoría de los metales, sin embargo, se vuelven más maleables cuando se calientan. Esto se debe al efecto que la temperatura tiene sobre los granos de cristal dentro de los metales.

Control De Granos De Cristal A Través De La Temperatura

La temperatura tiene un efecto directo en el comportamiento de los átomos, y en la mayoría de los metales, el calor hace que los átomos tengan una disposición más regular. Esto reduce el número de límites de grano, lo que hace que el metal sea más blando o más maleable.

Un ejemplo del efecto de la temperatura sobre los metales se puede ver con el zinc, que es un metal quebradizo por debajo de los 300 grados Fahrenheit (149 grados Celsius). Sin embargo, cuando se calienta por encima de esta temperatura, el zinc puede volverse tan maleable que puede enrollarse en láminas.

El trabajo en frío contrasta con el tratamiento térmico. Este proceso implica enrollar, estirar o prensar un metal frío. Tiende a dar como resultado granos más pequeños, lo que hace que el metal sea más duro.

Más allá de la temperatura, la aleación es otro método común para controlar los tamaños de grano para hacer que los metales sean más manejables. El latón, una aleación de cobre y zinc, es más duro que ambos metales individuales porque su estructura de grano es más resistente al estrés por compresión.

Analista de Laboratorio

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