Los científicos han descubierto por qué los sonidos desagradables desencadenan una respuesta negativa. Cuando escuchamos sonidos desagradables, como un tenedor raspando un plato o clavos contra una pizarra, la corteza auditiva del cerebro y un área del cerebro llamada amígdala interactúan para producir una respuesta negativa. La corteza auditiva procesa el sonido, mientras que la amígdala es responsable de procesar emociones como el miedo, la ira y el placer. Cuando escuchamos un sonido desagradable, la amígdala aumenta nuestra percepción del sonido. Esta percepción intensificada se considera angustiante y se forman recuerdos que asocian el sonido con lo desagradable.
Cómo Escuchamos
El sonido es una forma de energía que hace que el aire vibre, creando ondas sonoras. La audición implica la conversión de energía sonora en impulsos eléctricos. Las ondas sonoras del aire viajan a nuestros oídos y se transportan por el canal auditivo hasta el tímpano. Las vibraciones del tímpano se transmiten a los huesecillos del oído medio. Los huesos de los huesecillos amplifican las vibraciones sonoras a medida que pasan al oído interno. Las vibraciones sonoras se envían al órgano de Corti en la cóclea, que contiene fibras nerviosas que se extienden para formar el nervio auditivo. A medida que las vibraciones llegan a la cóclea, hacen que el líquido dentro de la cóclea se mueva. Las células sensoriales de la cóclea, llamadas células ciliadas, se mueven junto con el líquido, lo que da como resultado la producción de señales electroquímicas o impulsos nerviosos. El nervio auditivo recibe los impulsos nerviosos y los envía al tronco encefálico. Desde allí, los impulsos se envían al mesencéfalo y luego a la corteza auditiva en los lóbulos temporales. Los lóbulos temporales organizan la entrada sensorial y procesan la información auditiva para que los impulsos se perciban como sonido.
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Los 10 Sonidos Más Odiados
Según un estudio publicado en el Journal of Neuroscience, los sonidos de frecuencia en el rango de alrededor de 2,000 a 5,000 hercios (Hz) son desagradables para los humanos. Este rango de frecuencia también es donde nuestros oídos son más sensibles. Los seres humanos sanos pueden escuchar frecuencias de sonido que oscilan entre 20 y 20,000 Hz. En el estudio, se probaron 74 ruidos comunes. La actividad cerebral de los participantes en el estudio fue monitoreada mientras escuchaban estos sonidos. Los sonidos más desagradables indicados por los participantes en el estudio se enumeran a continuación:
- Cuchillo en una botella
- Tenedor en un vaso
- Tiza en una pizarra
- Regla en una botella
- Clavos en una pizarra
- Grito femenino
- Amoladora angular
- Frenos en un ciclo chirriando
- Llanto de bebé
- Taladro eléctrico
Escuchar estos sonidos indujo más actividad en la amígdala y la corteza auditiva que otros sonidos. Cuando escuchamos un ruido desagradable, a menudo tenemos una reacción física automática. Esto se debe al hecho de que la amígdala controla nuestra respuesta de vuelo o lucha. Esta respuesta implica la activación de la división simpática del sistema nervioso periférico. La activación de los nervios de la división simpática puede dar como resultado una frecuencia cardíaca acelerada, pupilas dilatadas y un aumento del flujo sanguíneo a los músculos. Todas estas actividades nos permiten responder adecuadamente al peligro.
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Sonidos Menos Desagradables
También se revelaron en el estudio los sonidos que las personas encontraron menos ofensivos. Los sonidos menos desagradables indicados por los participantes en el estudio fueron:
- Aplausos
- Bebé riendo
- Trueno
- Flujo de agua
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Por Qué No Nos Gusta el Sonido de Nuestra Propia Voz
A la mayoría de las personas no les gusta escuchar el sonido de su propia voz. Al escuchar una grabación de su voz, es posible que se pregunte: ¿Realmente sueno así? Nuestra propia voz nos suena diferente porque cuando hablamos, los sonidos vibran internamente y se transmiten directamente a nuestro oído interno. Como resultado, nuestra propia voz nos suena más profunda que a los demás. Cuando escuchamos una grabación de nuestra voz, el sonido se transmite a través del aire y viaja por el canal auditivo antes de llegar a nuestro oído interno. Escuchamos este sonido a una frecuencia más alta que el sonido que escuchamos cuando estamos hablando. El sonido de nuestra voz grabada es extraño para nosotros porque no es el mismo sonido que escuchamos cuando hablamos.
Clavos en una pizarra
Según un estudio publicado en el Journal of Neuroscience, el quinto sonido más desagradable es el de las uñas raspando contra una pizarra (escucha).
Regla en una botella
Escuche el sonido de una regla en una botella, el cuarto sonido más desagradable en el estudio.
Tiza en una Pizarra
El tercer sonido más desagradable es el de la tiza en una pizarra (escuchar).
Tenedor en un vaso
El segundo sonido más desagradable es el de un tenedor raspando contra un vaso (escucha), según un estudio publicado en el Journal of Neuroscience.
Cuchillo en una botella
Según un estudio publicado en el Journal of Neuroscience, el sonido número uno más desagradable es el de un cuchillo raspando contra una botella (escucha).
Fuentes:
- S. Kumar, K. von Kriegstein, K. Friston, T. D. Griffiths. Características versus Sentimientos: Representaciones Disociables de las Características Acústicas y la Valencia de los Sonidos Aversivos. Revista de Neurociencia, 2012; 32 (41): 14184 DOI: 10.1523 / JNEUROSCI.1759-12.2012.
- Universidad de Newcastle. "Los peores ruidos del mundo: Por qué retrocedemos ante sonidos desagradables."ScienceDaily. ScienceDaily, 12 de octubre de 2012. (www.sciencedaily.com/releases/2012/10/121012112424.htm).